viernes, 5 de febrero de 2010

Tomás Eloy Martínez (1934-2010). Traspasando los límites entre ficción y realidad.



Con una pluma exquisita y una vida dedicada a contar historias, siempre desde el compromiso con la realidad política y el amor por la literatura, el escritor y periodista que murió esta semana nos dejó la posibilidad de acercarnos a relatos maravillosos como Santa Evita (1995) (la novela más traducida de nuestra literatura, a más de treinta idiomas) y La novela de Perón (1985), entre otros.
A través de “Santa Evita” pudimos conocer el camino que recorrió el cuerpo de Eva Perón hasta ser devuelto a las manos del general, en un relato verdaderamente apasionante. Pudimos deleitarnos con momentos memorables, como el encuentro del mismo autor con Rodolfo Walsh en un café parisino, en donde intentaron develar a través de los indicios que cada uno tenía, el lugar donde estaba escondido el cuerpo cuando aún no había aparecido. Ambas obras dan cuenta de un profundo conocimiento del peronismo, con una visión crítica pero sin caer en el gorilismo.

Como periodista trabajó en La Gazeta de Tucumán, Primera Plana, La Opinión, y fue columnista de La Nación, New York Times y El País de Madrid. Durante el exilio en Caracas fue editor de El Nacional y fundó El Diario. Esta actividad –el periodismo- le consumió muchos años de su vida y demasiada energía, por lo cual siempre consideró que llegó de grande a la literatura a pesar de haber escrito su primer cuento a los diez años.

Martínez se caracterizó por borrar el límite simbólico que existe entre realidad política y ficción (o entre periodismo y literatura). Además de las obras citadas, otro ejemplo de su afán por develar oscuros hechos de la realidad argentina fue la investigación que desembocó en el libro La pasión según Trelew (1974), una detallada denuncia de la matanza de prisioneros políticos ocurrida en la ciudad patagónica en 1972. Este hecho le valió el exilio en 1975 y la posterior quema de sus obras en la dictadura del 76. El libro forma parte del expediente de la causa por la masacre y el autor fue un testigo clave en la investigación judicial.

Desde ISPA, lo recordamos con un fragmento de su última novela, Purgatorio (2008), leído por el mismo:




Agregamos además, sus recomendaciones sobre las obras de la literatura nacional que ningún argentino puede dejar de leer:




Mariana Bocca

1 comentario:

Christian Lourido dijo...

Gran nota Mariana, gracias por compartirla.