El joven Martín Amarilla Molfino, de 29 años, se encontró ayer con sus
hermanos y tíos de ambas ramas familiares en la sede de Abuelas, acompañados
por la titular del organismo, Estela de Carlotto, otras abuelas de la
institución y dirigentes de organismos de derechos humanos.
A la conferencia de prensa presidida por Carlotto, Rosa Rosemblit, los
diputados del Frente para la Victoria, Remo Carlotto y Juan Carlos Dante
Gullo, representantes de la Secretaría de Derechos Humanos y por la titular
de la Conadi, Claudia Carlotto, concurrieron los hermanos de Martín,
Mauricio, Joaquín e Ignacio y varios tíos Amarilla y Molfino, quienes
señalaron la "sorpresa" de haber encontrado a un nuevo integrante de la
familia, cuya existencia desconocían.
"A Marcela la secuestraron en su casa, pero como estaban en la
clandestinidad, la veíamos poco. Veinte días antes del secuestro, una de mis
hermanas la vio pero no le dijo nada de que estuviera embarazada", contó uno
de los tíos de Martín, Guillermo Molfino. La familia sospecha que ni
siquiera ella misma supiera que estaba embarazada, señaló otro de sus
familiares.
Carlotto leyó el comunicado de la entidad y luego otro de adhesión enviado
por el secretario de DDHH de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, quien se
encuentra en Roma, Italia, para atestiguar en el juicio contra Emilio
Massera.
Martín comenzó la búsqueda de su identidad a partir de algunas datos que le
llamaron la atención: que su apropiador hubiera sido miembro del servicio de
inteligencia del Ejército y que en el acta de nacimiento figurara Campo de
Mayo como el lugar de su parto.
El nieto recuperado 98 concurrió por su cuenta a la Comisión Nacional por el
Derecho a la Identidad (Conadi), organismo que el 13 de diciembre de 2007
empezó su investigación. El primer cruce de datos genéticos fue negativo,
pero la Conadi y las Abuelas encontraron un "arrepentido", quien informó que
una mujer había dado a luz en Campo de Mayo alrededor de la probable fecha
de nacimiento de Martín.
Otro testimonio, esta vez proveniente de España, brindado por una persona
secuestrada, confirmó el dato, por lo que las Abuelas convocaron a los
familiares Amarilla y Molfino para realizar los análisis de sangre
correspondientes. Guillermo Molfino creyó que el pedido de las Abuelas
respondía al presunto hallazgo de los huesos de su hermana.
Un mes más tarde las dos familias fueron convocadas a la sede de Abuelas
para estar a disposición de Martín en el momento en que el juez le revelara
su nueva identidad y le preguntara si quería conocer a su familia biológica.
Antes del encuentro, que se produjo ayer, uno de sus hermanos había
anticipado que para él sería determinante si Martín tenía "pegado el lóbulo
inferior de las orejas, como nosotros, y si era hincha de Boca". Las dos
"condiciones" eran verdaderas.
Marcela y Guillermo eran militantes montoneros e integrantes de la dirección
de la Juventud Peronista, Regional IV. "Al primero que secuestran es a
Guillermo, camino a una cita. Pero en el saco llevaba una factura por la
compra de materiales de construcción", señaló su cuñado Guillermo. Así
llegaron a la casa del matrimonio. Marcela resultó herida durante el
allanamiento de la vivienda, donde se encontraban su cuñado Rubén Amarilla,
su mujer, y los hijos de ambos matrimonios. La mujer de Rubén consiguió
escapar, pero su marido, Marcela y los cinco niños fueron secuestrados por
un grupo de tareas del Ejército.
A los cinco niños los entregaron 15 días más tarde en Resistencia, porque
uno de los represores conocía a un integrante de la familia Amarilla. De
Guillermo y Rubén Amarilla nunca se supo nada. De Marcela, ahora se sabe que
dio a luz a Martín, el cuarto hijo varón del matrimonio secuestrado y
desaparecido en San Antonio de Padua, provincia de Buenos Aires, el 17 de
octubre de 1979.
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